Una calle típica de invierno, con los detalles que
caracterizan la llegada de la navidad, sus luces brillantes, el frio que
acaricia la piel de cada persona haciendo un poco su trabajo y te pongas mas
ropa de la que llevabas…y al final de la calle una pareja…a simple vista
parecen amigos pero si prestas atención podrás ver lo que de verdad sucede. No
son una pareja de amigos normal y corriente, ya que ellos no sienten el frio de
la navidad por que el calor del amor corre por intensidad en sus venas.
-
No quise hacerte daño, te lo
prometo, no quise que pasara todo esto-
dijo Peter abrochándose mas aun el abrigo para distraerse de tantos
malos recuerdos que pasaban en ese momento por su cabeza.
-
Creo que lo he sabido siempre, pero
por no sufrir mas no lo quise saber. Pienso que todo esto ha pasado por que
teníamos que aprender lo que es una relación, cada uno por su lado…y ahora
estamos cogiendo los frutos que plantamos.-
Lorena es la que mas tranquila esta en ese momento, o al menos eso
aparenta, no quiere a
portar mas tensión al momento.
-
Lo se, pero aquella chica no
significo nada para mi, solo un rollo de verano, una forma de satisfacer las
ganas que tenia de tener algo con alguien que no fuese serio-
Ambos recuerdan aquel mes de julio,
para Lorena doloroso, para Peter fue una semana de experimentación.
-
Bueno, al menos me entero tres
meses después- dijo Lorena soltando un suspiro al recordar el infierno que
paso.
-
De verdad que lamento mucho lo que
mi presencia en tu vida ha hecho, el dolor que te cause en todos estos meses de
atrás-
Por un
momento a Lorena le pareció reconocer al Peter de noviembre, al Peter del que
se enamoro.
-
Y las alegrías, no te olvides de
las alegrías- Lorena siempre intentaba quitar momentos de tensión, amaba
demasiado a aquel chico como para verle sufrir lo que ella sufrió.
-
Esas alegrías fueron tres meses,
comparados con los diez que te he hecho sufrir- a Peter se le quebró la voz
cuando dijo eso.
-
No digas eso, no es verdad, cada
vez que hablábamos era feliz, incluso cuando hablábamos de todas esas chicas,
yo era feliz, y no porque fuera masoca, si no porque pensé que eso no sería
duradero y al final te darías cuenta de que me querías-
-
Lorena, te prometo que lo siento.-
-
No te disculpes mas, lo pasado,
pasado esta.-
La pareja
paso por un aparcamiento y Lorena se fijo en un coche con matrícula 2332, y sin
pensarlo le dio un beso en la mejilla a Peter mientras decía : ¡capicúa¡
-
¿Capicua? Pero...eso no es un beso,
es una torta.- dijo Peter con cara de sorpresa, y no por el juego, si no porque
ese beso le ha hecho sentir mas que ninguna chica de esos meses de atrás.
-
Sí, pero me gusta cambiar los
juegos.- dijo Lorena siendo lo pillina que siempre había sido.
Peter se
quedo pensando un segundo y acto seguido cogió a Lorena de la cadera la giro
mirándola hacia el y le devolvió el beso.
-
¿Otro capicúa?- pregunto Lorena
-
No, es solo que no has dicho corto-
peter en ese momento sonrio de forma picara mientras miraba fijamente a Lorena
a los ojos.
-
No he querido decirlo- la sonrisa
de Lorena en ese momento era la mas bella de la calle
Y ahí
estaban los dos, mirándose fijamente, con la mano de el en la cintura de ella,
y sintiendo cada vez mas como el calor de las venas de ambos hacia que se
enrojecieran sus mejillas. Sus caras estaban a diez centímetros. La mano de
peter se poso suavemente en la cara de ella, como si el frio del exterior
hubiese echo de aquella chica porcelana.
Ambos
tenían miedo de lo que pasaría a continuación, ya que no querían volver a vivir
la historia que vivieron diez meses atrás, pero Lorena se arriesgo, se puso de
puntillas y sus bocas quedaron a solo tres centímetros
-
Sigues sin decir corto- dijo peter
acortando esa distancia que les separaba de cumplir aquel deseo que ambos
deseaban desde hace mucho
Cuando sus
bocas se juntaron se desprendía pasión y amor
en el ambiente, y una promesa, por que ese beso significo para los dos
una promesa de amor, de ese amor mas puro del que vivieron meses atrás.
Cuando
después de dos minutos ambos recuperaban la distancia de tres centímetros se
veía en sus ojos brillantes felicidad, de esa que no se va en un dia, si no de
la que perdura meses
-
Ni pienso decirlo nunca- dijo
Lorena
La pareja
se quedo callada disfrutando del momento mirándose el uno al otro para no olvidar
ningún detalle de ese momento.
Peter y
Lorena abandonaron la calle de su promesa cogidos de la mano mientras en un un
tercero de un piso cercano sonaba <volver> de auryn.